Apuesta con el diablo
Luis, llamado el "chontillo", era un niño que tenía una habilidad espectacular en las piernas para correr porque era demasiado veloz, desde que su padre había muerto a el le tocaba trabajar de lustrabotas para poder ayudarle a su mamá con la comida de cada día pero el se encontró un nuevo vicio los naipes, durante 3 años le llevaba completamente el dinero a su mamá de lo que lustraba botas, pero luego al meterse con una pandilla de muchachos de lustrabotas cada vez le llevaba menos y menos dinero, tanto que ya no le ponía empeño al trabajo y solo pasaba apostando.
Así llegó el día en que se le acabó el dinero y no tenía más para llevarle a su mamá, y como el sabía que sino le llevaba dinero a su mamá se iba a ganar una gran regañada. Entonces el decidió abandonar la casa, por las noches dormía en cualquier rincón con su caja de lustrabotas, y por el día trabajaba para alcanzar algo para comer, y lo demás lo utilizaba en las puestas de los naipes por las noches, llegó el día en que no le quedaba dinero y sus amigos decidieron separarlo del grupo y no quisieron saber más de él.
Furioso y despechado, y con mucha hambre fue a un rincón para poder dormir y como de costumbre su mamá le había enseñado a hacer la señal de la cruz, pero antes de hacer esto el dijo: ya se !Al diablo¡ ¡Al diablo le voy a pedir ayuda!, en ese mismo instante apareció una figura vestida de negro, y que emanaba un olor a azufre y le dijo: muy bien jovencito que es lo que quieres, el chico contestó rápidamente quién eres tú, el respondió soy el diablo y tu me has invocado para ayudarte en algo dime cuanto quieres y te lo daré inmediatamente a cambio de tu alma, el muchacho muy asustado, realizó la señal de la cruz , acto seguido se oyó una fuerte carcajada y el diablo desapareció dejando a el lugar con un olor a azufre.
El chontillo muy asustado por lo que había se fue a otro rincón para poder conciliar el sueño pero ni siquiera haciendo esto se pudo ir a dormir, desde ese día se propuso trabajar honradamente y que cuando estuviera en condiciones volvería ala casa con su madre, pero esto solo le duro unos pocos meses antes de que le volviera la tentación del juego, entonces el muchacho volvió con los amigos pero esta vez más convencido que nunca el realizaba unas apuestas elevadisimas y su deuda iba incrementándose cada día, en su subconciencia tenía la oferta que le había hecho el diablo, un día viéndose que ya no tenía para seguir apostando fue al mismo lugar donde había invocado al diablo y en ese rinconcito se fue a acostar y dijo: ¡Satanás! ¡Satanás!, en ese preciso momento apareció la misma figura de aquellos días y le dijo
-¿Qué quieres? ¿Para qué me has llamado?
El muchacho titubeó por un momento, le costaba rendirse y entregarle su alma al diablo entonces se le ocurrió una idea:
-¿Qué te parece si hacemos una apuesta?
LA apuesta consiste en que tu me darás todo el dinero que quiera para vivir a lo grande durante un año. Luego nos encontramos en la plaza en la cual correremos hasta llegar al cementerio el primero que llegue ganará la apuesta, si tú ganas yo te daré mi alma y en ese mismo instante me abrirás las puertas hacia el infierno, pero si yo gano la apuesta quedará pagada, y si cualquiera se retira pierde la apuesta, ¿aceptas?.
El diablo con mucha satisfacción aceptó la apuesta dejando caer una bolsa llena de monedas y desapareció dejando el mismo olor a azufre. El chontillo recogió la moneda y al día siguiente, alquiló un departamento en el cual hizo un agujero en el piso y guardó la funda de monedas, y lo utilizó para todo lo que tenía que hacer, ya que la funda que le regaló el diablo nunca se acababa el dinero, los amigos al ver que chontillo tenía mucho dinero sospechaban de algo pero no les importó, ya que además de hacer apuestas enormes, también se aprovecharon para que pagase todos los costos que ellos tenían, chontillo no era feliz porque el seguía contando las semanas, los días, las horas y los minutos para encontrarse de nuevo con el diablo y correr
Al fin llegó el día tan esperado por el diablo el momento de la carrera, el diablo se reía al ver que chontillo pensaba en ganarle la apuesta, justo cuando se cumplió el año a las doce de la noche se encontraron los dos extraños amigos.
-Muy bien jovencito dijo el diablo, ¿cuáles son tus últimas condiciones?
-No han cambiado dijo el chontillo con una voz de miedo y temor, agregó: señala tú el sitio exacto del cementerio y el que llega primero gana, el que llega después o se retira pierde la apuesta.
- ¡veo que cumples! dijo el diablo, llenó de satisfacción y dijo: en el cementerio junto a la tumba Nº14 del bloque central, se encontrará encendida una hoguera , las puertas del cementerio estarán abiertas ahí nos encontraremos, da tú la señal de partida...

- Uno...Dos...¡tres! , en ese mismo instante el chontillo salió disparado hacia el cementerio.
El diablo no necesitaba correr ya que iba volando en el aire e iba muy adelante del joven muchacho y se reía al verlo que el corría como loco, en el cementerio había una cruz de piedra grande entonces chontillo la abrazó y dijo : ¡Jesús ten piedad de mí! . En ese mismo instante el diablo al oír estas palabras, no pudo resistir y huyó dando terribles alaridos y dejando el lugar lleno de humo de la hoguera que estaba encendida junto a la tumba Nº14 y que se apagó tan pronto el propio demonio desapareció por ella.
Así el diablo perdió su apuesta, y el joven Chontillo volvió a casa de su madre pidiéndole perdón por sus malos actos y por sus desvíos y desde entonces fue un muchacho bueno y correcto.
Bibliografía
Valdivieso, T. M. (1990). Relatos. Cuentos y Tradiciones de Loja . En T. Mora, Relatos. Cuentos y Tradiciones de Loja (págs. 109-115). Loja: No tiene.
me vale verga.y me pela la verga
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